MARÍA MUÑOZ, «LA VENERABLE»: INFANCIA Y JUVENTUD

Cada de 14 de mayo en Hoyos del Espino se celebra  la fiesta en honor de María Muñoz, o lo que es lo mismo, la Venerable, un personaje tan interesante como desconocido.

El término «Venerable» equivale a respetable, digno de estima y honor; pero también hace referencia a la persona que ha hecho profesión en la vida monástica. En la persona de María Muñoz encontramos ambos significados simultáneamente.

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Retrato de "La Venerable" en el Santuario de Ntra. Sra. del Espino.
Copia del siglo XIX sobre el original del XVII de Piedrahita

La leyenda popular cuenta que era una mujer muy devota de la Virgen del Espino y que, ante unos atacantes, pidió que la hiciera fea. Es curioso, que siendo esta información la más extendida, no esté reflejada en ninguna de sus biografías, algunas dictadas por ella misma. Por ello, deberíamos pensar que es una adición sin fundamento a la historia de esta mujer. Lo mismo sucede con la afirmación de que ella fue quien hizo rodear el pueblo con una serie de cruceros a fin de protegerlo de todo mal.

Santuario de Ntra Sra del Espino

Santuario de Ntra. Sra. del Espino, exterior

También se dice que al ser tan devota, de niña se escapaba, incluso de noche, al Santuario de Ntra. Sra. del Espino a rezar, hasta el punto que su madre tenía que atarla a la pata de la cama, siendo el Niño Jesús quien la liberaba. Esta parte sí está documentada en sus biografías, por lo que podemos decir que es, de lo poco «veraz» que sobre ella se sabe en el pueblo o, al menos, esto es lo que yo sabía antes de abordar el tema, con motivo del IV Foro Guiomar de Ulloa, en el que dí una charla sobre su persona.

BIOGRAFÍAS

Contamos nada menos que con 5 textos biográficos sobre María, lo que nos da cuenta del interés que su vida ha despertado desde el siglo XVII hasta hoy:

  1. En primer lugar, La Venerable dictó su historia de su a petición de Andrés Sánchez Tejado, párroco de Hoyos del Espino en 1635, cuando ella contaba con 46 años. El mismo año murió ese bachiller, pero su sucesor, Matías Contreras, continuó con esta empresa. Sería pues una autobiografía.
  2. La segunda, fue escrita en 1661 por el Padre Manuel Bárcena en Piedrahíta a un año de la muerte de la Venerable .
  3. La tercera fue publicada en 1720 por el Padre Luis de Santa Teresa, con comentarios del Padre Mateo Grogero.
  4. La cuarta, fue redactada por D. José Carrera Medina en 1872. De ella queda todavía algún ejemplar original en ciertas casas del pueblo.
  5. La quinta, bajo el título de «Flor de Gredos» fue publicada por Alfonso María López Sendín en 1979. Además de dar a conocer la vida de la Venerable, su objetivo era iniciar o promover la incoación del proceso de su beatificación, pero no lo consiguió.

INFANCIA

María Muñoz nace y es bautizada en Hoyos del Espino en 1589. 4 años más tarde nacerá su hermano, José Muñoz, a quién siempre estará muy ligada.

Devota cristiana desde niña, se refería al Niño Jesús como su «Corderito».

corderito

Detalle del cuadro anterior.

Con 3 años y medio, viendo que un primo suyo se casaba, quiso casarse ella también. Acudió a su madre para que le buscara marido, ella le dijo que tenía reservado un esposo, el hijo de una señora que estaba en el Santuario. Así, marchó ella a la iglesia, donde se le abrieron las puertas de par en par y fue conducida por un muchacho de aspecto angelical, ante la Virgen y el Niño que extendieron sus manos para coger la suya. Así, dice ella, la Virgen los unió en matrimonio.

Virgen DolorosaVirgen Dolorosa del Santuario de Ntra. Sra. del Espino. 
Imagen de vestir de tipo olotino. S. XIX.

Tras esto, tuvo la Venerable una visión en la que se le apareció la Virgen con muchos cuchillos clavados en su pecho (como en la foto superior). Ésta le dijo: «Si has de ser la esposa de mi hijo, has de llevar estos cuchillos». La protagonista, interpreta los cuchillos como todas las penurias que debía de pasar a lo largo de su vida para cumplir los designios divinos.

A partir de entonces se narran multitud de apariciones, sobre todo del Niño Jesús pero también del Diablo en diversas formas intentando tentarla o hacerle daño. También de la Virgen bajo las advocaciones de Ntra. Sra. del Espino (en Hoyos) y Ntra. Sra. del Risco (en Amavida). Asimismo, difuntos -que ella había conocido en vida-, ángeles y santos como Sta. Catalina de Siena y Sta. Teresa.

Con 9 años comulga por primera vez, afirmando que la forma voló hacia ella, cuando se encontraba detrás de una puerta de la iglesia. Este hecho se repetirá muchas veces a lo largo de su vida, ocasionando todo tipo de reacciones por su parte.

Sin embargo, no será hasta que cumpla los 11 años cuando haga la comunión de forma oficial.

JUVENTUD

En 1614, con 25 años, La Venerable sufrió una angina durante 4 días que solo se curó al ponerle el collar con el que se decía que se apareció la Virgen del Espino. Esto aparece reflejado en el que se conoce popularmente como el «Libro de los Milagros de la Virgen del Espino». Un documento que fue iniciativa del Bachiller Andrés Sánchez Tejado, el mismo que más tarde ayudará a nuestra protagonista a poner por escrito su biografía. La Venerable es citada a declarar en 1617, 3 años después de que padeciera esa enfermedad.

En 1615, Con 26 años la Venerable se encuentra en Oropesa sirviendo a Don Juan Álvarez de Toledo y Doña Luisa Pimentel, Condes de Oropesa. Aquí, el padre Francisco de Cogolludo (su confesor en esas tierras) profetiza su futuro. Vaticina la muerte de los condes en los próximos días. Le dice también que marche con su confesor (AST) y un primo -que vendrán al día siguiente a por ella-, que su hermano se ordenará sacerdote en Amavida, el préstamo de dinero que recibiría (por parte del Duque de Béjar), y la muerte de su hermano poco tiempo después.

Entre 1617 y 1618 La Venerable se encuentra en Ávila. Allí apreciaron su virtud los señores del Cabildo catedralicio. Por otro lado, entabló amistad con varias religiosas del monasterio de la Encarnación como Doña Teresa de Obregón Tabera, Juana Bautista y Juana de los Reyes.

Al ser éste solo un repaso de los primeros años de La Venerable, los que pasó en Hoyos del Espino, finalizamos aquí la entrada… Luego vendrían varios viajes y su ingreso en el Carmelo de Piedrahía, pero de ello hablaremos en futuros post.

Gracias por seguir este blog, su página en facebook, y, sobre todo, por vuestros amables comentarios y los datos de los que tanto aprendo.

Andrés Martín

Licenciado en Historia del Arte

ROMANCES DE LA ABUELA (I)

Romance 1Hubo una época en la que las distracciones domésticas no consistían en vivir pegados a una pantalla. En aquellos tiempos, no tan lejanos para muchos, las sobremesas se hacían en torno a las grandes chimeneas de las antiguas casas de piedra.

Calientes de frente y helados de espaldas, los niños escuchaban lo que los adultos les contaban. Cantares, leyendas, juegos, todo tenía cabida en esos momentos, que debieron ser especiales, pues eran los únicos que las largas jornadas de trabajo diario dejaban para vivir en familia.

Entre las historias que se contaban, destacan algunos romances transmitidos de generación en generación, sobre todo de abuelas a nietas y de madres a hijas. Son romances medievales que podrían estar circulando por estas tierras, precisamente desde la época en que se crearon. Esto debe ser así, debido al hecho de que nos han llegado a  gracias a la transmisión oral, única vía de supervivencia para estas manifestaciones en un medio que hasta no hace mucho habitaban campesinos analfabetos (que no incultos).

El primer romance con el que me he topado es el de Don Jerónimo Morales.

Quiero agradecer a Urbana Veneros que lo compartiera conmigo: recitado de memoria como a ella se lo contó su abuela.

Y… ¿Qué tiene que ver un romance Burgalés con Gredos?, pues lógicamente, la temática no, pero el hecho de que fuera utilizado por sus habitantes como entretenimiento, hace que podamos englobarlo dentro de nuestra cultura local.

Por otro lado, a menudo se pierden estas obras en sus lugares de origen, y hay que encontrarlas en otros, que pueden ser inesperados. Dejo pues constancia de esta composición, por si algún burgalés, investigador o amante de la literatura medieval busca información a este respecto.

Mientras lo escribía he notado algunas discordancias métricas y de rima, pero pensemos que el modo de transmisión oral siempre afecta a este tipo de literatura (¿habéis jugado al teléfono «escacharrao»? pues lo mismo sucede aquí…). Aunque se perciba alguna anomalía, estas modificaciones parecen ser mínimas pues no afectan a la coherencia del discurso.

Sin nada más que agregar, ¡disfrutad de la lectura!:

ROMANCE DE DON JERÓNIMO MORALES

En Burgos, ciudad en sí rica, populosa y grande,
cuya claridad despide destellos en grandes cristales,
en esta ciudad vivía Don Jerónimo Morales,
caballero noble y rico, de esclarecido linaje.
Este tal se enamoró de una dama cuyo arte,
cuyo grabo y hermosura es envidia de deidades.
Tanto se quieren los dos, que noche, mañana y tarde
les tira el amor saeta, repartiendo en ambas partes.

Romance 3

Sin darse cuenta su dama, Don Jerónimo Morales
determinó de pedirle para con ella casarse,
pero Don Pedro Zarzuela, que es de aquella dama el padre,
llegan a pedirla y dice pues mi señor, que no place,
yo también fuera dichoso, pero no quiere su madre,
ni tampoco sus hermanos, que no quieren que se case.
Romance 2Se retiró el caballero más corrido que  cobarde,
diciendo «Señor, le estoy muy agradecido, y en que le sirva, me mande»,
y en un discreto papel, a Doña Andolfa dio parte,
ella contestó al instante: «No te detenga el dictamen;
para la noche a las doce hablaremos donde sabes».
A la hora convenida, estuvo allí vigilante
y le dice «muy bien sé que me has pedido a mis padres,
mas la razón que te han dado, muy bien la sé
mas no es fácil, estorban tu gusto y mío
y también mi padre y madre
Romance 5
prevente luego de armas, para mañana a la tarde,
que a la huerta de las flores, quieren ir a recrearse.
Previno dos carabinas, ocupándola en parte
debajo de sus vestidos para guardia de su amante.
Al día siguiente fueron a la huerta a recrearse,
pero ya ocupaba un puesto Don Jerónimo Morales.
Los hermanos que le ven, se revisten de coraje
y a él se van como fieras, diciéndole: «¡Vil!, ¡infame!
hoy has de morir aquí, sino, que el cielo te vale»
Don Jerónimo responde: «Poco soy y a que esto baste,
porque queréis apartar de mí, clara vista a un ángel».

Romance 5

De los tres derribó a dos, revolcándose en su sangre,
y el otro viéndose solo, y que lloraba su madre
dice «Perdida es mi vida, porque tu rigor es grande,
y veo que tu justicia acaso importa y vale.
Perdón te pido si acaso te sirves de perdonarme
y que emires por mi hermana que es de noble y leal sangre».
«Sí lo haré pues que me toca, y así la Virgen me ampare,
me ayude y me favorezca como una esposa admirable,
y montando en una yegua, que volaba por el aire,
por poner la prenda en salmo para con ella casarse,
apenas había andado dos leguas, y no cabales,
cuando un mortal accidente le dio la vida remate.
Allí, echa mil juicios, allí dice: «Mi linaje,
mi honra, crédito y casa, perdido que aquesto hace,
porque muerta esta mujer, a mí han de acumularme.
El alma diera al demonio, de buena gana al instante,
puesto que de estos peligros, que estoy metido me saque».
Apenas lo pronunció, cuando ya vio vigilante
un hombre de muy buen porte que se le acercó al instante,
y le dice «¿Qué me quieres?, yo soy el demonio, y baste,
como de mí te has valido, vengo a tus necesidades.
Dices que darás el alma, pues si haces escritura será fácil remediarte».

Demonios

Al punto sacó una daga y sangre en un brazo hace
y estos renglones escribe, poniendo palabras tales:
«A los demonios entrego, mi cuerpo y alma al instante,
puesto que me favorecen, en tan excesivo trance»,
mas el demonio le dice: «Tú del pecho has de sacarte,
esa reliquia que guardas, si quieres que te acompañe».
«Eso no lo haré señor, que me condene o que me salve,
conmigo tiene que ir, pues poco peso me hace».
Año y medio caminaron los dos por ciertos parajes,
disfrutando a su manera, sin que nadie lo estorbase,
mas estando este tal jugando  con otros dos una tarde,
le dieron tres estocadas que la menor fue bastante
para quitarle la vida a Don Jerónimo Morales.
Allí comenzó a llamar a su Santísima Madre,
mas los malditos demonios, le dicen: «Mal bolinable,
no tienes a quien llamar, pues aquí nadie te vale,
cinco mil por ti venimos, que eres nuestro, bien lo sabes.

Demonios 2

Esta escritura lo dice, hecha de tu mano y sangre,
y cogiéndole furiosos, se lo llevan al instante
pero a mitad del camino se le apareció radiante
el Santo Cristo de Burgos y su Santísima Madre,
que es la Virgen del Pilar, los Evangelios y un ángel
y le dice: «Levanta devoto mío, tus devociones te valen,
tus ruegos te favorecen, los Evangelios y el ángel».
Y aquí termina la historia de Jerónimo Morales,
que yo aprendí siendo niña, de la mano de mi madre
Andrés Martín
Licenciado en Historia del Arte

ARTE (INQUIETANTE) EN GREDOS

Este es un pequeño repaso por las fotos más escalofriantes y turbadoras de mi archivo con todo mi respeto hacia las imágenes que plasman y las devociones que puedan despertar.

Detalle de una escultura barajasImagen de una santa en la iglesia de Barajas

En ocasiones, esta sensación es fruto de la luz, o mejor dicho, de la ausencia de la misma.

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Ortigosa4 Ortigosa

Varias vistas del retablo de la Virgen del Rosario en Ortigosa

Otras veces, lo inquietante son las expresiones de los personajes…

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San Antonio (iglesia de San Antonio Barajas-Navarredonda)

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San Antonio (iglesia de San Bartolomé de Tormes)

O los temas que dan pie para ello…

Collado

Cristo de la Humildad (Hoyos del Collado)

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Juicio Final. Óleo sobre lienzo 
(Santuario de Ntra. Sra. del Espino - Hoyos del Espino)

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Rostro del Demonio. Detalle del conjunto con San Miguel 
(Santuario de Ntra. Sra. del Espino - Hoyos del Espino).

También la arquitectura tiene su lado inquietante, si no lo creéis, probad a quedaros a oscuras en una iglesia al atardecer…

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Retablo mayor 
(Santuario Ntra. Sra. del Espino - Hoyos del Espino)

¡Hasta el próximo post!

Andrés M.

CHOZOS DE GREDOS

El paisaje de Gredos aparece salpicado por pequeñas construcciones casi olvidadas y, en muchos casos, derruidas, que en un tiempo no muy lejano fueron esenciales para la supervivencia de nuestros ancestros.

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Chozo en los alrededores de La Covacha (Hoyos del Espino)

Se trata de los chozos; edificios de enorme valor etnográfico e histórico que todavía hoy nos hablan de un modo de vida en el que la subsistencia era el principal objetivo. Son reflejo del trabajo, la lucha y el esfuerzo del hombre por sobrevivir en un entorno tan hostil como el nuestro en una época en la que nada era ni fácil ni cómodo.

Esta realidad, todavía hoy, puede resultaros muy familiar a algunos de vosotros.

Gredos hace unas décadas no era el paraíso de descanso y desconexión con el que hoy nos identificamos todos. Muy al contrario, su geografía abrupta y su clima extremo hacían de esta sierra un medio en el que lo importante era sobrevivir.

En este entorno, la ganadería y, en menor medida, la agricultura hacían que las jornadas en el campo fueran muy largas, y podían prolongarse por varios días o incluso meses en cuando la temperatura era más suave. El aprovechamiento del pasto para el ganado implicaba hacer largos recorridos con las reses, y no permitía la vuelta al hogar al terminar cada jornada.

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Chozo en la finca de El Jabalí (Navarredonda de Gredos)

De esta necesidad de cobijo mientras se realizaban estas labores, surjen estas pequeñas edificaciones.

La técnica de la piedra seca

Es como se conoce el método constructivo empleado en este tipo de arquitecturas. Se basa en el empleo del material cercano a la explotación ganadera, en el caso de Gredos la  piedra granítica. La construcción de un chozo servía tanto para guarecer al pastor como para limpiar la finca de estos elementos que aplastaban el pasto y estorbaban al ganado.

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Chozo de Las Tejoneras (Navacepeda de Tormes - San Juan de Gredos)

Se trataba de usar esa piedra sin ningún otro elemento más que su propio peso y recurriendo al perfecto anclado de cada pieza inmovilizándolas por medio de cuñas. Era una técnica depurada que requería de ciertos conocimientos que se transmitían de padres a hijos. Su origen se remontaría a la Prehistoria, más concretamente a la etapa Neolítica, en la que los pueblos, nómadas hasta entonces, comienzan a hacerse sedentarios amparados por el desarrollo de la agricultura y la ganadería. Las piedras apenas se trabajan, sólamente se emplea una maza de hierro para retocarlas y para introducir otras piedras más pequeñas que actúan como cuñas entre las losas más grandes. Se trata de una técnica efectiva, y por ello ha perdurado en el tiempo, ya que no requeire de grandes medios para su ejecución.

Aparte de los chozos, este método se ha empleado en los paredones que hacen de linde entre las diferentes propiedades y, en zonas agrarias, en los muros que aterrazan las laderas delimitando bancales de cultivo.

Cubriciones

En general, estas construcciones, a la hora de cubrir los espacios, siguen dos procedimientos: la cúpula y el techado con vigas.

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Cuando hablamos de «cúpula», hay que tener presente que el modelo más frecuente es el denominado de falsa cúpula: un cerramiento que se da fundamentalmente en chozos de planta circular, haciendo que el diámetro de las sucesivas hiladas sea cada vez menor, con lo que gracias a su aproximación, se produce el cierre del conjunto.

En el apartado de las techumbres sostenidas por vigas suelen presentarse pocas variedades. Este procedimiento se utiliza para cubrir pequeñas construcciones de escasa altura, reducidas dimensiones y plantas cuadrangulares o levemente rectangulares. Los constructores se limitan a colocar tres o cuatro maderos de parte a parte de los muros, para sobre ellos depositar finas lajas de piedra, tierra y cascajo.

 Espacios complementarios.

– Puertas. La abertura suele estar orientada hacia el sur para aprovechar la luz del Sol y no suele superar el metro y medio de altura. Su anchura ronda los 70 u 80 cm de promedio.

Lo verdaderamente interesante de estos accesos son sus remates, que se basan en dos modelos:

– Con dintel: la abertura se remata con una gran losa horizontal apoyada directamente sobre ambos lados del muro, sobre las propias jambas o bien sobre dos losas colocadas a ambos lados haciendo de rudimentarias impostas. Sobre este dintel se continúa el cerramiento del conjunto.

– Con remate alzado: la complejidad aquí es mayor ya que sobre las jambas de las puertas se articulan elementos, bien en forma de arco o bien con la colocación de dos losas formando ángulo formando un remate triangular.

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– Respiraderos: En las escasas ocasiones en que los muros presentan aberturas, éstas no pasan de ser pequeños ventanucos o respiraderos colocados en la parte alta, para dar salida a los humos de los fuegos encendidos en su interior, o para adecuar la construcción a una función específica.

Chimenea: Suele aparece adosada al muro por su cara interior, con desarrollo vertical hacia lo alto, atraviesa el muro abriéndose camino hacia el exterior.

 Acondicionamiento interior

En determinadas circunstancias, se tiende a dotar a la construcción de una cierta “comodidad” y así, en algunos casos aparecen elementos en su interior de función muy específica como pueden ser: pesebres, alacenas o bancos adosados al muro.

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El Chozo Blanco (Serrota)

Uno de los ejemplos más interesantes es el denominado Chozo Blanco, ubicado en plena Serrota. Si queréis visitarlo, os dejo aquí las indicaciones de cómo llegar.

Conclusión

Los hombres y mujeres que vivieron de nuestros campos tuvieron que dar respuesta a sus necesidades de cobijo; recurriendo a las piedras dispersas por sus tierras consiguieron optimizar este recurso empleando una técnica milenaria, la de la piedra seca. Es por ello que estas construcciones debemos entenderlas como un símbolo del dominio de la tierra, pero no como lo entendemos hoy, sino de una forma totalmente sostenible y ecológica.

¡Hasta el próximo post!

Andrés M.

ZACAPEAL: LA ATLÁNTIDA DE GREDOS

Hoy entramos en un tema que, personalmente considero fascinante, ya que tiene que ver con una leyenda local que habla sobre el pueblo desaparecido de Zacapeal.

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Pero antes acerquémonos a otra conocida leyenda, aunque nada local, con la que estableceremos ciertos paralelismos. Se trata del relato que narra Platón en sus Diálogos, concretamente en el Timeo y en el Critias, acerca de la Atlántida. En estos textos se menciona que el mítico continente estaba situado más allá de las Columnas de Hércules (que la Antigüedad situaba en el Estrecho de Gibraltar). La historia se remonta en el tiempo varios miles de años para narrar cómo los habitantes de este territorio, los atlantes, fueron castigados por los dioses por su soberbia y ansias de dominación, a sufrir un violento terremoto y un gran diluvio que hicieron que su tierra fuera engullida por el mar.

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A partir del siglo XIX, época del Romanticismo, esta leyenda creció, ya que la imagen de un lugar tragado por las aguas resultaba fascinante para los exploradores que deseaban desentrañar el misterio,  más aún, después de haberse encontrado otras ciudades que se creían inventadas, como Troya. Consecuentemente, aparecieron las primeras teorías sobre su ubicación, barajando puntos de toda la geografía mundial. Entre esos lugares, los más recurrentes, fueron las Islas Canarias y las Azores, pero también zonas del Mediterráneo como la isla de Santorini (donde un terremoto hundió parte de su superficie) o la vecina Creta. También en América se ha especulado con las costas de Florida, las Bahamas o Bolivia. Incluso en España se ha barajado la posibilidad de que la Atlántida fuera realmente el reino de Tartessos y que su ubicación se encontrara nada menos que el Parque Nacional de Doñana (según National Geographic).

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Todo esto está muy bien, pero… ¿Qué tiene que ver con Gredos en general y Navalperal de Tormes en particular? Y, sobre todo… ¿Qué es Zacapeal?

Pues bien, la clave está en la leyenda que afirma que la torre de la iglesia de Navalperal la construyeron los mozos de Zacapeal.

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¿Y dónde está Zacapeal?

Pues lo cierto es que Zacapeal, a día de hoy, no está… 😦

Al preguntar a los vecinos de Navalperal, pueblo donde se encuentra la dicha torre y que además ha tomado el nombre de «Zacapeal» para su asociación cultural, la mayoría coinciden en señalar la ubicación de aquel poblado en una zona (en la foto) al lado del cruce de la carretera principal con el camino de San Bartolomé de Tormes donde también es muy conocida esta leyenda.

Zacapeal

Dicho terreno, aunque aparentemente seco, cuando llueve se hace muy blando; en sus palabras, «una trampalera», ello ha llevado a pensar que aquel pueblo en su día fuera desalojado, abandonado y engullido por la tierra como la Atlántida lo fue por el mar.

Trampalera

Al ser un terreno inestable, no han sido pocas las veces en las que los lugareños han tenido que acudir al rescate de alguna res atrapada en el fango, y afirman que, al escarbar para socorrer al animal, han aparecido «retejes» y trozos de vasijas que ellos vinculan con este lugar legendario.

Como en el caso de la Atlántida y de cualquier otra buena leyenda, esta también tiene ciertas incoherencias, sino hablaríamos de «Historia» ¿no?.

Por desgracia, aquí no hubo ningún «Platón» que dejara por escrito información alguna sobre Zacapeal. Por ello, se ha indagado en las crónicas de los pueblos del Alto Gredos, donde no se pueden obtener datos mas allá de los recogidos en la Comunidad de Villa y Tierra, cuyo concejo de Piedrahita se creó en 1366. Pues bien, en estos documentos nada se menciona sobre un pueblo llamado «Zacapeal».

Sin embargo, como hemos señalado, la tradición oral de Navalperal, atribuye la construcción de su torre a los mozos de Zacapeal y aquí nos encontramos con otra incongruencia. Se ha dicho que de ser así, la torre tendría que haberse construido antes de 1366 por lo que hemos comentado en el párrafo anterior. Pero fijándonos en el propio edificio vemos una estructura característica del siglo XVI, muy similar a otras en la zona, como la de Navacepeda de Tormes, Navarredonda de Gredos, Zapardiel de la Ribera… etc. Como apoyo a este argumento, nos encontramos que, en la entrada a la atalaya hay un elegante arco conopial, que cronológicamente nos lleva al gótico de finales del XV y principios del XVI, por lo que volvemos una vez más a la cronología que venimos manejando para todas las iglesias y torres de la zona.

Torre y arco conopial

La leyenda de Zacapeal, si bien no tan rica como la de la Atlántida, sí es curiosa. Tal vez lo que desapareciera no fuera un pueblo como tal, sino algunos chozos o casas, y que esto se debiera a alguna crecida del arroyo que pasa por allí… Sea como fuere, se plantea una fascinante duda sobre esta leyenda, ya que tanto en Navalperal como en San Bartolo y Ortigosa señalan exactamente el mismo lugar y el mismo acontecimiento. Es por ello, que hay que tener siempre en cuenta que toda leyenda tiene parte de realidad, pero tal vez no tenga mucho que ver con la expresión final que de ella conservamos.

Muchos habitantes de la zona son escépticos. Otros tantos afirman que ¿Por qué no?. Cada uno debe buscar el sentido que más le convenza o le atraiga, aquí solo se enuncian los pocos datos que conocidos sobre el tema a día de hoy.

Quién sabe si entre los muchachos de nuestros pueblos habrá algún futuro arqueólogo que se interese por el tema y algún día nos desvele lo que sucedió con Zacapeal… si es que sucedió algo…

Hasta entonces crean ustedes lo que quieran…

Andrés M.

LA IGLESIA DE ORTIGOSA DE TORMES

            Además de una de las mejores vistas de la Sierra de Gredos, Ortigosa cuenta con una iglesia, en la que nada es grande, pero, quizá por ello, posee un encanto especial. La gente que cuida de este templo se enfrenta, a una gran falta de medios, que no de voluntad, para su conservación. Debido a la despoblación, que tanto está afectando a nuestra zona, el futuro de los bienes que alberga es incierto, y por ello conviene hacer una llamada de atención sobre ese hecho de difícil solución.

vistas

Arquitectura de la iglesia.

Podríamos decir que la iglesia como tal carece de estilo arquitectónico, ya que no presenta elementos que permitan englobarla dentro de uno en concreto. Sin embargo, la torre sí presenta rasgos góticos como arcos conopiales en alguno de sus ventanales, lo que hace que la podamos incluir en esa cronología que manejamos con otros templos de la zona, en el transcurso del siglo XVI.

interior y exteriorExterior e interior de la iglesia.

Retablo Principal.

Podemos situarlo en la primera mitad del siglo XVII. En la parte inferior, o predela, encontramos pinturas que representan a los evangelistas con sus símbolos: Mateo con el ángel, Juan con el águila, Lucas con el toro y Marcos, que debería haber sido representado con el León (en la pintura no se aprecia este detalle). En los costados del sagrario aparecen: a la izquierda San Pedro, a la manera tradicional, como apóstol pescador; y a la derecha San Pablo portando la espada y el libro que hace referencia a las cartas del Nuevo Testamento; se les representa juntos por ser los dos pilares fundamentales de la Iglesia cristiana.

El primer cuerpo alberga las imágenes de la Virgen de las Nieves, San Pedro y San José. La primera es una talla moderna que se saca en procesión el día de la fiesta, 5 de agosto.

También procesiona la imagen de San Pedro, del siglo XVII, y a quien probablemente estuviera dedicada antiguamente la iglesia, ya que ocupa el espacio central del retablo y aparece representado hasta tres veces. En este caso aparece no como apóstol pescador sino como padre de la iglesia, algo poco frecuente. Así, porta la tiara papal y las «llaves del Reino de los Cielos». En la parte derecha, encontramos un San José también del XVII.

san pedroSan Pedro como apóstol pescador y como Padre de la Iglesia. Siglo XVII

El segundo cuerpo lo preside en su parte central un Calvario en el que el crucificado es una talla de bulto redondo mientras que las figuras de la Virgen y San Juan están pintadas en el fondo. A la derecha, se sitúa una pintura que representa a Santiago Matamoros, y a la derecha, la conversión de San Pablo. En el ático, encontramos la figura de Dios Padre bendiciendo.

 Retablo de la Virgen del Rosario.

La decoración pictórica en la predela (recordad, la base del retablo), en este caso, presenta una serie de Santos entre los que se reconoce a: San Francisco mostrando sus estigmas; a San Ildefonso en el momento en que la Virgen le impone la casulla; a San Esteban con la palma del martirio y las piedras de su lapidación; a Santa Catalina de Alejandría con la palma y la rueda dentada de su martirio y a San Antonio portando su libro de oración.

santosAlgunas pinturas del la predela: San Esteban, San Ildefonso recibiendo

la casulla y Santa Catalina de Alejandría. S. XVII

En el primer cuerpo encontramos la imagen vestida de la Virgen del Rosario y en las calles laterales las pinturas de San Andrés y San Pedro, ya que eran hermanos y apóstoles. Sobre cada uno de ellos, respectivamente, el ángel y la Virgen en el momento de la Anunciación. La única calle del segundo cuerpo la ocupa una pintura con el tema de la Asunción de la Virgen.

Hay también otras dos esculturas exentas que representan al Niño Jesús. Uno de ellos es la joya de esta iglesia por su calidad de talla y policromía. Aparece el Niño desnudo como «Salvador del Mundo» pisando al pecado, representado por la serpiente, y a la muerte simbolizada por la calavera. En su mano izquierda portaría una cruz y en la derecha un báculo o lanza para clavarla sobre la serpiente. Ninguno de los dos objetos de conservan hoy. La esfera a sus pies es símbolo de la universalidad de la fe cristiana, y además contiene, en su parte central, una imagen de Dios Padre bendiciendo pintada en un trozo de lienzo.

niño jesusNiño Jesús Salvador del Mundo (y detalle). S. XVII

 Retablo del Calvario

A pesar de su mal estado de conservación, con una pérdida prácticamente total de su policromía, este retablo es interesante por su remate, donde aparece la Virgen Dolorosa vestida a la manera de las viudas nobles castellanas de los siglos XVI y XVII, una tradición que se inició en Madrid en 1565, cuando la condesa de Ureña, camarera mayor de Isabel de Valois, donó uno de sus propios trajes de luto para vestir la imagen de la Soledad que labró Gaspar Becerra a instancias de la reina. Tal fue el impacto de esta nueva representación que pronto se extendió a las Dolorosas de toda la península, y este ejemplo es una buena muestra de la gran repercusión de este hecho.

retabloRetablo del Calvario y detalle de la Virgen Dolorosa. 2ª mitad del XVII

Y con esto me despido, hasta el próximo post, recomendando la visita a este tranquilo pueblo-mirador para disfrutar del espectáculo que es siempre Gredos.

Andrés M.

LAS CASAS DE NUESTROS ABUELOS – ARQUITECTURA POPULAR EN GREDOS NORTE (III) APROVECHAMIENTO ENERGÉTICO

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Nuestros abuelos se las arreglaron muy bien para obtiener un rendimiento óptimo de los recursos bioclimáticos a su alcance. Así, mediante mecanismos constructivos elementales y sencillos, conseguieron dotar a sus casas de un ambiente estable y más o menos confortable (aunque no nos lo parezca desde nuestra perspectiva actual) frente a las condiciones climáticas externas.

El clima que afecta a esta región, se caracteriza por unos inviernos fríos y prolongados y veranos más cortos y relativamente calurosos, con una oscilación térmica diaria muy acusada. Es un clima bastante seco, aunque no faltan precipitaciones; en forma de agua en otoño y primavera y de nieve en invierno.

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La necesidad básica que debían cubrir era la protección del frío exterior. La arquitectura serrana utiliza para este fin algunas estrategias como la captación solar a través de la orientación, el aislamiento, la inercia térmica, el empleo de materiales autóctonos y aspectos formales adaptados a la necesidad.

Como mencionamos en la primera entrada sobre este tema, los núcleos de población se ubican en laderas orientadas al mediodía. En la margen izquierda del Tormes no hay asentamientos hasta que el valle gana en amplitud, a partir de Navamediana y Bohoyo, ya imponente mole de la Sierra de Gredos impide el soleamiento de estas laderas. Las viviendas se agrupan compactándose. Por lo general se adosan unas a otras compartiendo muros medianeros y siguiendo el relieve de las laderas.

Los edificios no son muy altos; más bien lo contrario: se pegan a la tierra —en ocasiones están semienterradas— y se adaptan al terreno para aprovechar la temperatura y protegerse de los vientos fríos. La baja pendiente de las cubiertas permite que la nieve acumulada durante el invierno actúe como aislante.

Los muros gruesos de piedra que caracterizan estas casas presentan una inercia térmica elevada y, por tanto, amortigua tanto la entrada de frío como de calor en la vivienda.

Los característicos techos bajos facilitan la concentración del aire caliente al evitar que ascienda. Los huecos practicados en los muros son escasos, pequeños y están protegidos por los aleros de los tejados o el vuelo de las solanas. A pesar de su reducido tamaño, se abocinan al interior para facilitar la entrada de luz.

Entre las fuentes de calor internas podríamos destacar dos fundamentales el hogar y el ganado.

El fuego del hogar solía estar encendido constantemente, y en torno a él se hacía la sobremesa contando historias y anécdotas en una época en la que no existía la televisión. Las chimeneas eran enormes y acampanadas, el adobe o ladrillo con el que se construían  transmitían el calor a las habitaciones colindantes.

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      Vista exterior (derecha)e interior de una chimenea.

Un aspecto curioso desde nuestra perspectiva actual es el hecho de que era frecuente que el ganado se cobijara bajo el mismo techo que los hombres, en la misma casa; bien en un piso inferior, bien en una de las habitaciones en el mismo nivel. Estos animales constituían también una importante fuente de calor para los habitantes.

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Un elemento característico de la arquitectura del Alto Tormes es el amplio vuelo del alero que forma una especie de portal en la fachada sur. Este elemento sirve tanto de resguardo de la lluvia y el viento en los meses fríos como del sol en los calurosos.

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Vista exterior de una vivienda y su casilla en Navacepeda de Tormes

Por tanto, podemos concluir esta serie de entradas diciendo que la arquitectura popular ha conseguido adaptarse al medio natural y humano en que se ubica con la minimización energética necesaria para el bienestar. La eficacia de estas técnicas o mecanismos de aprovechamiento energético ha sido validada por la experiencia a lo largo de tantos años de uso. SIn embargo, el modo de vida de las que estas viviendas fueron expresión quedó ya obsoleto, y esa es la causa fundamental de su paulatina desaparición. Sirvan estas tres entradas como llamada de atención sobre este hecho, ya que considero conforma un ejemplo de fusión del hombre con su entorno, de un aprovechamiento sostenible de los recursos naturales y de la puesta en valor de la tradición y la cultura local en Gredos.

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De nuevo os dejo el link al estudio en el que me he basado para este post, realizado por Ignacio Javier Gil Crespo“Arquitectura vernácula de la Sierra de Gredos y el Valle del Alto Tormes (Ávila): análisis tipológico, fundamentos constructivos y funcionamiento bioclimático”

Andrés M.

LAS CASAS DE NUESTROS ABUELOS – ARQUITECTURA POPULAR EN GREDOS NORTE (II) MATERIALES Y PROCEDIMIENTOS CONSTRUCTIVOS

Tradicionalmente, los materiales constructivos utilizados en la arquitectura popular al norte de la Sierra de Gredos han sido los que se encontraban en el medio natural, a pie de obra: piedra y madera, principalmente. En esta entrada profundizaremos en sus usos y funciones.

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El granito y los muros

El granito ha sido el material distintivo o emblema de esta arquitectura, responsable en buena medida de la apariencia externa y el carácter de estas construcciones.

Se trata de un tipo de roca muy abundante en la Sierra de Gredos. La piedra no se extrae en canteras, sino que se toma directamente de aquellas zonas en las que se produce el fenómeno erosivo conocido como gelifracción. Este proceso  provoca que los berrocales de granito se quiebren en lajas, lo que facilita su aprovechamiento tal cual, pero también el corte para las piezas más grandes: dinteles, jambas, alféizares y piedras esquineras. Estas piezas eran las únicas que  se labraban y únicamente en sus caras visibles o en los laterales que se adosaban a otras superficies.

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          Berrocales en las cercanías de La Herguijuela
Cuando no se talla, la piedra granítica generalmente se usa a hueso, aunque a veces también se revoca utilizando el barro como argamasa en las juntas de los muros.

Las técnicas constructivas (características de la etapa preindustrial) son muy elementales y se han transmitido de generación en generación.

Los muros suelen tener unos 60-70 cm de grosor. Se levantaban en dos hojas con algunas piedras pasaderas que les daban estabilidad. El interior quedaba relleno por cascotes y ripios.

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       Muros de granito en una casilla de Hoyos del Espino

Son también habituales, sobre todo en los pueblos del llano, los muros mixtos en los que la primera planta es de granito mientras que los muros de la segunda se levantan con entramados de madera con relleno de adobe en sus cuarteles. Estos muros deben revocarse para proteger la madera de la lluvia y el Sol. La falta de mantenimiento ha dejado visto el muro y esta imagen se ha tomado como icono de este tipo de arquitectura.

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           Muro de granito y adobe en La Herguijuela

Es frecuente también el uso del granito, en grandes losas, en el solado del zaguán aunque también es muy frecuente el empleo de la tierra compactada como material de pavimento, como suele ser habitual en el resto de las estancias de la casa.

Estructuras de madera

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      Forjado de madera en una vivienda de Hoyos del Espino

Para las estructuras horizontales, forjados y cubiertas, así como para las escaleras y carpinterías se ha recurrido tradicionalmente a la madera tan abundante en los bosques de la zona: robles y sabinas, así como de los pinos de repoblación en etapas posteriores. La madera —roble, castaño y pino— es el material de los forjados y del entramado que aparece en algunos muros.

Lo más habitual para resolver la estructura de la vivienda es utilizar los troncos descortezados sin escuadrar. Los suelos de las plantas altas son de tablas clavadas a esta estructura. Este sistema se aplica también a los balcones y solanas, que por lo general son un vuelo del forjado de la primera planta.

Una estructura muy característica de la arquitectura de esta zona es la que conforma el techado sobre los portones carreteros de acceso a los corrales, con varias vigas que conforman el soporte para una cubierta a dos aguas.

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             Portón carretero en Navacepeda de Tormes

Bardas de piornos y cubiertas de tejas cerámicas

Otros materiales que se encuentran son la cerámica de las tejas y las escobas, piornos y calabones con las que se cubren los caramanchos, corrales y otras construcciones auxiliares.

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Estos pueblos están rodeados de matorrales de piorno serrano de la familia Cytisus, arbusto que no supera los dos metros de altura con los que tradicionalmente se han hecho las escobas y que también recibe el nombre de calabón. Este es el material con el que seguramente se hicieron las cubiertas de bardas de la arquitectura popular primitiva. Paulatinamente fue sustituido por tejas cerámicas debido a la preocupación por la combustibilidad del material, la presencia de roedores y por la comodidad de no tener que reponerlo periódicamente.

En la actualidad, su empleo se ha reducido a las construcciones auxiliares y así, aún se puede ver secándose sobre los portones carreteros, las tapias, y los caramanchos -pequeñas construcciones auxiliares para guardar los aperos-.

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  Portones con Piornos en La Herguijuela y Navacepeda de Tormes

El empleo de la teja árabe troncocónica colocada en canal y cobija está generalizado en la práctica totalidad de la arquitectura tradicional española. Las pendientes de las cubiertas son muy suaves: las tejas no tienen más agarre que la capa de barro sobre la que apoyan y la trabazón de unas en otras, por lo que hay que evitar que puedan deslizar.

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En la siguiente entrada profundizaremos en el aprovechamiento energético de nuestras «casas viejas». Pero si no podéis esperar (o queréis saber más sobre este tema) os dejo el link al estudio del que he tomado nota para este post, realizado por Ignacio Javier Gil Crespo: «Arquitectura vernácula de la Sierra de Gredos y el Valle del Alto Tormes (Ávila): análisis tipológico, fundamentos constructivos y funcionamiento bioclimático»

Andrés M.

 

LAS CASAS DE NUESTROS ABUELOS – ARQUITECTURA POPULAR EN GREDOS NORTE (I)

Nuestras «casas viejas» comienzan a ser escasas. Las necesidades de comodidad actuales no parecen ser compatibles con estos edificios, que fueron diseñados para cubrir unas necesidades que poco tienen que ver con las actuales y con una gran economía de medios.

La arquitectura popular de la vertiente norte de la Sierra de Gredos posee unas características propias que tienen su razón de ser en el medio natural en que se desarrolla (clima, geografía…) y en el modo de vida de sus habitantes. Todo ello  ha influido en las tradiciones constructivas, las formas y funciones de la misma, conformando una arquitectura funcional y lógica que responde a las necesidades de quien la habita y a sus posibilidades económicas.

Cabaña de pastoreo (San Martín de la Vega)

Antigua tejera en San Martín de la Vega del Alberche.

Estos pueblos de la sierra, que surgieron junto a grandes extensiones de pastos, han basado desde siempre su economía en la agricultura y la ganadería, tradiciones que se han mantenido prácticamente intactas hasta mediados del siglo XX.

La tecnología preindustrial que emplearon en sus construcciones es muy elemental y ha seguido patrones basados en una tradición ancestral desarrollada a lo largo del tiempo.

Tipos de pueblo

En esta zona tan reducida en extensión como es el Valle del Alto Tormes encontramos dos tipos fundamentales de asentamientos que, en cualquier caso, son muy compactos.

a) El pueblo en ladera

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Plano de San Bartolomé de Tormes. Fuente Ignacio Javier Gil Crespo

Es el tipo más característico, siempre orientado hacia el sur para aprovechar al máximo la luz solar.  Su crecimiento se produce de forma longitudinal.

Esta variante se da fundamentalmente entre los 1.300 y 1.800 m de altitud y a ella responden los pueblos de Navarredonda de Gredos, Barajas, Hoyos del Espino, Hoyos del Collado, Navacepeda de Tormes, La Herguijuela, San Bartolomé de Tormes, Ortigosa de Tormes, Zapardiel de la Ribera, La Lastra del Cano, Horcajo de la Ribera o Navasequilla.

Las viviendas se agrupan en hileras adaptándose a la pendiente del terreno horizontalmente y buscando la orientación hacia el Sur, por ello, se adosan unas a otras compartiendo los muros medianeros. De este modo se forman entramados urbanos de calles alargadas que se comunican por callejas en cuesta o escalonadas que serpentean con la pendiente de la ladera. Las manzanas de casas adosadas lateralmente forman hileras con corrales delanteros individuales o compartidos.

b) El pueblo en llano

Plano de Navamediana

Plano de Navamediana. Fuente: Ignacio Javier Gil Crespo

El segundo tipo de asentamiento corresponde a los pueblos de ribera o del llano, situados en la base del valle del Tormes, muy cerca del río. Éstos son: La Aliseda de Tormes, Zapardiel de la Ribera, Navamediana, Bohoyo, Navamojada, Los Guijuelos, Los Llanos de Tormes… etc.

 El tejido urbano esta vez no es alargado, sino centralizado; el pueblo se desarrolla alrededor de un núcleo que suele ser la iglesia o la plaza o principal. El hecho de que el paisaje sea más llano, facilita que las viviendas puedan tener un mayor desarrollo en tamaño, forma y funcionalidad, orientadas a la calle creando espacios urbanos muy definidos.

Características generales de las viviendas

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Sección de una vivienda típica. Fuente Ignacio Javier Gil Crespo
  • Son estrechas, profundas y, generalmente, de planta rectangular.
  • Los modelos más sencillos constan de una planta y un doblao (o sobrado); aunque también son comunes las viviendas de dos plantas.
  • La vivienda queda a media ladera, lo que facilita el acceso desde la calle trasera a la segunda planta/doblao o al pajar.
  • Debido a la pendiente del terreno, el piso inferior puede quedar semienterrado. Esta planta, a la que se accede desde el lado Sur, en algunos casos se destinaba a las cuadras para el ganado, aunque lo más frecuente es que ahí se encontrara la cocina, con la gran campana de la chimenea. En próximas entradas veremos la importancia de esta distribución de los elementos en relación al aprovechamiento calórico.
  • Las habitaciones (en la primera o segunda planta) solían contar con alcobas destinadas generalmente a los pequeños de la casa. En una época en la que la natalidad era bastante alta, nunca sobraban este tipo de estancias, llegándose incluso a dormir en despensas, pajares o establos.
  • Es habitual que el muro exterior sea doble y que se deje una cámara en la parte posterior con el fin de evitar humedades o filtraciones del terreno (recordemos que pueden estar semienterradas). Esta última cámara se utilizaba normalmente como despensa, fresquera o como cuarto patatero.
  • La vivienda y el establo podían llegar a compartir un mismo espacio, por lo que los habitantes eran tanto las personas como su ganado.
  • En estas casas no existía un espacio específico para el aseo y no se contaba con agua corriente ni caliente. Para lavarse, estos lugareños debían ir a la fuente a coger el agua y después calentarla en la chimenea con al ayuda de un caldero. Es lógico entender pues, que los hábitos de higiene no fueran óptimos.
  • En cuanto a las necesidades fisiológicas, lo más parecido a un retrete que existía era el propio establo. Al no haber posadas en los pueblos, los (entonces escasos) visitantes solían hospedarse en las propias casas de los aldeanos, y era habitual que incluso médicos, sacerdotes o marqueses hicieran sus necesidades entre caballos, ovejas o vacas.

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Vivienda con corral y cuadra adosada en La Herguijuela.
  • Al ser la ganadería y la agricultura la base económica y de subsistencia de las familias de la sierra, las dependencias auxiliares en torno a la vivienda cumplían funciones específicas de gran importancia. El corral adquiere un desarrollo muy importante para recoger al ganado. Se situaba en la parte delantera de la casa y a ellos se accedía a través de los portones carreteros.

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Portón carretero. La Herguijuela.
  • También, era habitual destinar una gran estancia al pajar con un hueco en las fachada posterior para la descarga del material llamado boquero, bocarón o piquero.
  • Un gran portal o atrio, formado por la prolongación de los muros y el tejado, solía preceder al acceso de la casa. Durante los meses en que se gozaba de una temperatura más suave era un lugar en el que las mujeres solían reunirse para charlar a la sombra mientras se dedicaban a la costura u otros quehaceres domésticos.

Hasta aquí este breve repaso por las características generales de los asentamientos y viviendas de Gredos. En la siguiente entrada profundizaremos en los materiales constructivos y el aprovechamiento energético de nuestras entrañables «casas viejas». Pero si no podéis esperar (o queréis saber más sobre este tema) os dejo el link al estudio del que he tomado nota para este post, realizado por Ignacio Javier Gil Crespo«Arquitectura vernácula de la Sierra de Gredos y el Valle del Alto Tormes (Ávila): análisis tipológico, fundamentos constructivos y funcionamiento bioclimático»

Andrés M.